Todo acerca de Rou
Un espacio para mis pensamiento, criticas y opiniones. Envinadas en humor negro, contenido sicaliptico, y demás pendejadas
martes, 8 de enero de 2019
viernes, 7 de julio de 2017
CARTA A MIS TRES
miércoles, 22 de febrero de 2017
INTENSAMENTE
Empecé el año terminando con un chico con el cual no sentía que realmente que fuéramos hacia algún lugar, empezó nuestra relación sin ninguna expectativa, solo salíamos para ver "conocernos", decidimos que no nos pondríamos ningún tipo de presión o título hasta realmente estar seguros que queríamos dar ese siguiente paso.
El experimento resultó bastante bien al principio, lo mejor a parte del sexo, era que, al no tener expectativas, no había esos "over thinking", ni nervios ni miedos que todos empezamos a tener al empezar a salir con alguien.
Duré tres o cuatro meses saliendo con él, pero ya cuando empezó a pesar el tiempo que pasé con él, me dí cuenta que ninguno de los le estaba echando suficientes ganas para llevar la relación a otro nivel, habíamos llegado a una meseta en la que no subíamos ni bajamos, solo co-existíamos.
Al final del año viví una crisis existencial, no estaba en el trabajo que me hacía sentir pleno ni tenía una relación que me hacía sentir enamorado y emocionado al respeto. La gente me preguntaba cómo me iba con él y yo me limitaba a relatar cualquiera de las citas que teníamos que básicamente consistía en ver alguna película y dormir juntos.
Muchos se habrían podido sentir felices con sólo eso, pero yo he soñado con una relación en la que pudiera caer perdidamente enamorado, que ambos viviéramos un amor tan intenso que nos hiciera salir de nuestra zona de confort y convertirnos en la epitome del amor más romántico.
Después de terminar con él, pasó muy poco tiempo para conocer a otro chico, parecía que este hombre estaba alineado con los intereses que yo tenía, el inmediatamente quiso que borráramos cualquier app de encuentros gays para poder concentrarnos en que lo nuestro funcionara y que no tuviéramos sexo hasta que nos conociéramos mejor. Me encantó la idea, se me hacía completamente madura esa forma de pensar.
Salimos por un mes, poco a poco aquel sujeto empezó a denotar menos interés, primero a las tercer cita me había presentado a su familia y quería verme seguido, y terminó todo en dos veces dejarme plantado y diciéndome que "no quería presentarme a sus amigos hasta que fuéramos novios porque no sabía si iba a funcionar esto".
Nunca entenderé que fue lo que no funcionó o dejo de funcionar porque el decía siempre que si estaba interesado y que incluso me quería, su termino de la relación por Whatsapp me demostró lo contrario, Mas allá de la falta de interés del individuo, decía que yo era demasiado intenso para él.
Bien, pues con estas dos personas con las que salí me di cuenta que realmente si, si soy intenso, y me encanta la idea. Me encanta la idea de que me guste entregarme si deseo que las cosas funcionen, que me guste tener detalles para hacerlo sentir especial, que cada día vea la forma de llevarnos a otro nivl en la relación. Entonces si soy intenso, me declaro culpable.
Y recordé que cuando terminé mi relación con Oscar, siempre decía que ya estaba harto de la gente intensa, y que solo quería una persona super tranquila, que si estaba en coma, mejor!... Pero hay una grave mentira en eso. Es claro que no hay que tener nada extremoso, mi amiga Alana dice que "desbordarse" cuando la intensidad es excesiva y resulta dañina, pero la falta de intensidad creo que mata, es una ausencia total de interés. Y si alguno de estos dos casos de verdad estaba interesado como decía era completamente preocupante pensar que esa era su forma de demostrarlo.
martes, 3 de noviembre de 2015
El día que hablé con La Muerte
Una noche cuando era niño tuve una regresión entre mis sueños, yo no estaba consciente de qué era una regresión porque era muy pequeño, sólo sabía que no era yo físicamente en aquella escena.
Era yo un hombre, mexicano. Habia muerto y recien me habían puesto en un mausoleo familiar, no podria especificar si llevaba ahí un dia o dos pero seguía sin pudrirse mi carne.
Tras unos respiraderos del mausoleo entraba una luz clara de la luna que contrastaba con la noche que era pesadamente oscura.
En el ambiente se escuchaba un silencio sepulcral, nada se movía ahi aunque sentía la presencia de todos mis familiares , sus cuerpos yacían en los nichos, cada uno en su respectivo estado de descomposicion, cada uno con una historia que contar.
Las telarañas unían cada manto que cubria los cuerpos incluyendo el mio. No pude más permanecer inmovil y me levanté. Mire las escaleras que dirigían a la salida y me dirigí hacia ellas.
Subiendo las escaleras, de pronto se abrió la puerta despacio. Era La Muerte, no podía creer que estaba ahi parada frente a mi y yo solo la miraba fijamente, como si fuera un duelo de miradas, no tenía miedo ni sorpresa. Estaba ahi sentado con Ella a la luz de la luna que entraba desde la puerta.
No se movió de las escaleras, yo me senté viendo hacia arriba donde estaba ella. Su rostro eran puros huesos y llevaba un manto de flores en la cabeza, vestía todo de negro y a pesar de carecer de ojos había un brillo en su interior que formaba una especie de mirada profunda.
Después de un rato, rompió el silencio y con voz grave y masculina me preguntó si sabía que estaba muerto y yo asentí con la cabeza. Se sentó y me habló de la gran consciencia que implica vivir para morir, del bello cese de la vida y del largo camino que hay después de ella, cada que hablaba sentía como entraba en mi la presencia de La Muerte, circulaba en todo mi cuerpo quitando cualquier rastro de vida que hubiera dentro.
Una vez que terminó conmigo, me tomó de la mano y me sacó del mausoleo, pude percatarme de la bastedad de lápidas en el cementerio, cada una con alguien debajo moviendose y murmurando algo, yo ya era parte de ellos y ellos parte de mi nueva realidad, circulaba un gran hilo de almas que caminaban lejos hasta perderse en el horizonte, Ella me metió entre ellos y empecé a caminar en la misma dirección hasta que con el amanecer concluyó mi sueño.
Jamás olvidaré esa charla con La Muerte, siempre que escucho un silencio sepulcral revivo aquella noche cuando Ella vino por mi.
martes, 20 de octubre de 2015
domingo, 18 de octubre de 2015
Las piedras son duras y el agua mojada
Seria muy aburrido si siguiera con esta tendencia de escribir un resumen de mi vida cada temporada. Estaré escribiendo otras entradas de mis viajes que hice a Orlando y a Las Vegas más adelante y de mi opinión acerca de otras cosas como antes solía hacerlo.
Y a pesar de los buenos ratos que viví, las increíbles experiencias que viví sé que no eran las correctas.