martes, 19 de marzo de 2013

Los Estratos de la Ciudad


  Toda la entrada se basa en un ensayo que elaboré el 25 de Novimebre del 2011

 Todo empieza después de una gran experiencia del fin de semana del 22 de Octubre del 2011, donde decidí dejar de lado todas mis tareas e irme a un museo para desestresarme. Fue una gran experiencia porque pude recordar las razones por las cuales no paro de estudiar, trabajar e ir de un lugar a otro

   El que a uno le dé el aire y que se oxigene el cerebro, no solo del fresco si no también de nuevas imágenes y ambientes hacen que uno llegue a la resolución de no solo hacer arquitectura bajo la luz de la lámpara fija del restirador, si no ir mas allá.

   Y es así como mi andar, mis pensamientos de ese momento y la forma de sentirme cambiaron por completo al ver las exposiciones temporales en el Museo de San Ildefonso, sin clavarme en el detalle sobre las sensaciones que en uno empieza a sentir con el arte  cuando uno es sensible , la calidad del material de todas las exposiciones fue muy significativo.

  Pero ahora me centraré en la que más me hizo recapacitar: para empezar, el nombre de la exposición es el mismo que la de esta entrada, y es que la exposición para mí como futuro arquitecto, me cayó como balde de agua fría

"Los estratos de la ciudad" se configuró en una serie de fotografías y de videos cortos, en los cuales se representaban la cantidad de estratos que hay en el Df, todas las capas que van dejando los edificios nuevos sobre las colonias viejas, como las construcciones conviven sobre un mismo tiempo y en un mismo espacio, son lugares donde nosotros pasamos todos los días, jamás se verá de la manera en que nosotros pensamos que se verá algún día.

Es una situación contradictoria la de la realidad urbana y la que todos concebimos en nuestra mente, uno imagina que cualquier construcción clausurada que está en malas condiciones, las grietas en el pavimento o las casas abandonadas, en algún momento todas empezarán a restaurarse, o desaparecer completamente y dejarán en su lugar una vista uniforme y acorde a lo que pensamos de una ciudad .

Debemos ponernos entonces preguntarnos ¿que es lo que sucedió?, ¿que hizo que la ciudad se partiera como en una excavación, y pudieramos ver todos los estratos que componen esta ciudad?. Y es que percibimos a la ciudad con una vista estática de todo lo que nos rodea, la percibimos como un escenario donde todo tipo de situaciones se dramatizan: tanto de los actores como de la escenografía -que en este caso serían los edificios- . Pero no es así, la ciudad funciona de una manera cambiante, que durante todo el tiempo que exista, no parará de cambiar, no parará de haber esas obras inconclusas o abandonadas en nuestro país y es una verdadera tristeza.

  Pero esas preguntas serían muy abiertas a cualquier tipo de respuesta, donde podríamos tener a los analíticos más importantes del ambito urbano o simplemente irnos a las obras literarias de Octavio Paz, para entender a México y al mexicano como seres de otra especie ajena a la humanidad, llena de características tan específicas que derivan del folklore mexicano .

   Tenemos un claro ejemplo como el del Centro Histórico, es siempre de mi personal fastidio siempre ir a cualquier edificio o cualquier calle del centro histórico y siempre encontrarse con: una remodelación, o que hay una nueva construcción, hay mil obras públicas en proceso y podríamos pensar absurdamente que es para que se vea mejor nuestra ciudad. Pero la reflexión es: ¿Todas las obras que intervienen en la ciudad son de verdad trascendentales y útles en la vida cotidiana de los ciudadanos mexicanos?

Después de haber pensado en esto, deberíamos recapacitar acerca de cómo haremos arquitectura en un futuro, que tanto podemos evitar que sea el proceso de cada obra que realicemos y que tanto se podrá conjugar con el entorno, ¿cuando podremos ver ese escenario final limpio y terminado, listo para que el usuario interactúe plenamente con su entorno?. Pensando en la maravillosa idea de conseguir un estilo mexicano digno de la imagen de una nación que refleje el progreso, el patriotismo y las costumbres que nos hacen quien somos realmente.
Nosotros somos capaces de realizar ese pequeño cambio que necesita el país, pero solo si nos detenemos un momento de nuestra rutina para transitar por nuestra ciudad y ver la vida bajo el enfoque de un ciudadano más y no como arquitecto, sustraer las necesidades y las cosas importantes de cada acontecimiento, de cada rincón de la ciudad y trabajar sobre eso para una ciudad mejor.

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